Gallipoli, 1915: Churchill's Greatest Gamble

«Gallipoli, 1915: La mayor apuesta de Churchill», abarca de manera realista los tres primeros días de la campaña, una época de maniobras descabelladas, de ataques decisivos frenados por la llegada oportuna de refuerzos y el inicio de la guerra de trincheras. La rapidez, pero no la prisa temeraria, es la clave del éxito.

El 25 de abril de 1915, Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo, lanzó una fuerza reunida apresuradamente de tropas británicas, australianas, neozelandesas y francesas contra las defensas turcas en la península de Galípoli. Su objetivo era capturar los fuertes que custodiaban los Dardanelos. Una vez logrado esto, las flotas británica y francesa zarparían hacia Constantinopla, derrocarían al gobierno otomano y abrirían una línea de suministro a Rusia. Sin embargo, defendieron las playas un número igual de divisiones turcas, endurecidas en las recientes guerras balcánicas, dirigidas por oficiales turcos bien entrenados, apoyados por asesores del Estado Mayor alemán.

Una hora antes del amanecer, en completo silencio, los Anzacs desembarcaron remando en Ari Burnu, un lugar que más tarde sería famoso como Anzac Cove. ¡La Marina Real los había colocado en el lugar equivocado! Se enfrentaban a enormes acantilados de tierra y arroyos cubiertos de matorrales, en lugar de a una playa y dunas bajas. Sin embargo, se dirigieron tierra adentro, invadiendo los piquetes turcos, solo para quedar irremediablemente confundidos por el aterrizaje nocturno, el rompecabezas del terreno y la inexperiencia. Varios kilómetros tierra adentro, un talentoso oficial turco, Mustafa Kemal, revisaba su regimiento tras unas maniobras nocturnas sobre Ari Burnu. El rápido y furioso contraataque de Kemal salvó el día para los otomanos y lo encaminó a convertirse en el fundador de la Turquía moderna. Más al sur, en Cabo Helles, los Fusileros de Lancashire ganaron seis Cruces Victoria, antes del desayuno, al atravesar el alambre de púas de la playa. Los invasores nunca alcanzaron ni siquiera sus objetivos del primer día, aunque los turcos solo evitaron la derrota por un pelo. Con un plan diferente, podrían haber arrojado a los invasores de vuelta al mar.

La escala del mapa es de 400 metros por hexágono y cubre toda la península, desde el norte de Anzac Cove hasta el cabo Helles, según el British Ordnance Survey de 1922 (es decir, desde Anzac hasta Helles, incluidos todos los fuertes intermedios). Los jugadores pueden elegir aterrizar en las playas históricas o crear sus propios planes.

Este sistema de wargame hace hincapié en el mando y el control. Los jugadores comandan por brigada y regimiento. Para tener éxito, el jugador debe planificar el agotamiento final de sus tropas, rotándolas para que descansen y recuperen a los rezagados. El resultado es un modelado preciso del ritmo de estas batallas. El combate de infantería consiste en disparos de fusiles a distancia y MG, que culminan con un ataque cuerpo a cuerpo. La artillería es poderosa pero, en última instancia, limitada. La metralla de los cañones de campaña estándar es mortal contra las tropas en campo abierto, pero solo los raros obuses que disparan HE de gran ángulo pueden hacer frente a las trincheras. Los turnos diurnos son de dos horas, los de noche son de cuatro horas.